La Mujer Gato.

Les voy a contar de alguien muy especial, una mujer, la Mujer Gato.

A la Mujer Gato le gusta leer novelas ligeras, no le interesa la política y suele ser irreverente. A la Mujer Gato le encanta que la miren con deseo, es desconfiada, pero a veces se entrega con dulzura. La Mujer Gato se derrite con el brillo de los diamantes, no tiene ninguno auténtico. Le fascina que la persigan por los tejados de noche, que le rasquen la cabeza y el hormigueo de las caricias en su espalda. La Mujer Gato trata de ser consecuente, pero no alcanza a evitar idealizar la realidad que considera desleal, no le basta. La Mujer Gato tiene apariencia de intelectual, pero, en verdad, es bastante ignorante.